Lionel Messi vuelve al centro de la polémica tras la derrota del Inter Miami ante el PSG por 4‑0 en el Mundial de Clubes. La prensa francesa, especialmente L’Equipe y Le Parisien, cargó con dureza: “No es la primera vez que lo vemos caminar mientras los jugadores del PSG corren.

Ese contraste físico fue el eje de la crítica. L’Equipe destacó la falta de ritmo del argentino en la primera mitad, calificándolo con un 3 sobre 10, “desvanecido” y sin la energía de siempre. Sin embargo, también alabaron su capacidad de lucirse: “un poco de magia, incluso a cámara lenta”, generando un pase estupendo a Luis Suárez.

Hoy, con 38 años, Messi enfrenta un momento clave. ¿Es la marcha natural del tiempo o una táctica inteligente para conservar energía? Hay un debate: ¿caminar o saberse maestro y elegir cuándo explotar?

Además, el cruce con su exequipo, el PSG, reavivó la tensión. Su etapa en París nunca fue decidida, con una salida fría en 2023. Ahora, esos fantasmas vuelven, amplificados por esta goleada .

A pesar de las críticas, Messi demostró que su talento aún no se apaga. Realizó su primer remate al arco a los 63 minutos y puso en aprietos a Donnarumma con un cabezazo potente .

Este episodio se enmarca en una transición: el fin de una era al más alto nivel y la reconversión hacia un papel distinto. Su rol actual en Inter Miami abre dudas: ¿será un retiro pausado o declive imparable?

El análisis político‑deportivo de sus críticos en Francia pone la lupa en su físico, pero también implica un desafío para su legado. Messi ya no corre sin parar. Ahora, su magia se mueve en cámara lenta, y eso, en la élite, trae suspicacias.