
En San Gabán (Carabaya, Puno), siete suboficiales de la Policía Nacional fueron encontrados bebiendo licor en horario laboral, en un local tipo restaurante. La comunidad, organizada en ronderos, los capturó y llevó a la plaza principal. Ahí, dos agentes fueron sancionados públicamente y obligados a realizar ejercicios físicos, mientras los otros cinco huían .
El caso ocurrió mientras la población pedía ayuda para buscar al exalcalde desaparecido Mauro Ramos. Los vecinos exigían patrullaje urgente, pero la Policía no cumplió. Así, al ser descubiertos, intentaron huir del local, aunque los ronderos los alcanzaron y retuvieron.
Los ronderos mostraron su descontento: “ellos están para velar por la seguridad y no para tomar en horas de trabajo” qhaphiya.pe. Luego llegó la Policía de Carreteras y agentes de la comisaría de Macusani. Iniciaron diligencias y trasladaron a los policías. Se confirmó que la PNP separó temporalmente a los involucrados y activó una investigación de la Inspectoría para evaluar la violación de consigna.
Este incidente revela un problema grave: la falta de compromiso de algunos efectivos en zonas rurales. La comunidad espera medidas claras: sanciones, más control y presencia policial real. Además, subraya la capacidad organizativa de las rondas campesinas para exigir responsabilidad. El hecho afecta la imagen institucional de la Policía y resalta la urgencia de reforzar la disciplina interna.
En conclusión, el suceso en San Gabán evidencia un contraste: mientras la población sufre inseguridad, parte de la Policía abandona sus labores. Los ronderos tomaron acción directa. Ahora, la PNP debe responder con sanciones ejemplares. La ciudadanía exige una Policía activa, confiable y presente en todo momento.