En Huancayo, más de 100 medidores de agua han sido robados, una alerta que preocupa a familias y autoridades. El gerente de Sedam Huancayo confirmó el hecho y confirmó que trabaja “para que tengan alguna sentencia los que roban medidores de agua perjudicando a muchas familias”. El robo afecta directamente la distribución y facturación, creando caos y pérdidas en el servicio.

La empresa de agua anunció que reforzará sus protocolos de seguridad. Instalación de cámaras y patrullaje serán parte de la estrategia inmediata. Además, Sedam colabora con la Policía para identificar a los responsables y presentar cargos judiciales. El objetivo es sancionar a los culpables y disuadir futuros ataques.

Los vecinos expresan su malestar. Usuarios afectados reportan cortes inesperados e inexactitud en la medición. “Es injusto que decidan robar y cargar con las consecuencias los ciudadanos”, dijo una vecina al diario local. Este tipo de delitos no solo perjudica el bolsillo de las familias, también amenaza la estabilidad del sistema hídrico en Huancayo.

El gerente de Sedam apeló a la comunidad y a las autoridades a “trabajar unidos”. Insistió en que la ley debe actuar con rigor, y que solo así se garantizará el acceso a agua potable para todos. Asimismo, refuerza que al conseguir sentencias, se enviará un mensaje claro: el robo será castigado.

Los especialistas en temas hídricos subrayan que el tratamiento de este incidente puede servir como caso emblemático en la región. Tanto para mejorar la protección del patrimonio público como para generar conciencia en la población. De esta forma, se fortalece la cultura ciudadana y la colaboración entre Sedam, la Policía y los ciudadanos.

El seguimiento a este caso es clave para medir la capacidad institucional de respuesta. La población de Huancayo estará atenta a las medidas y a las decisiones judiciales que se tomen. En definitiva, el robo de medidores se convierte en una prueba para la gestión pública y la justicia local.