
El padre de la alférez Ashley Vargas, desaparecida y hallada muerta en un avión KT‑1P en Pisco (Ica), exige un peritaje internacional. Edgar Vargas reclama que expertos ajenos determinen si fue fallo mecánico, humano o encubrimiento. El abogado José Ocampo señala posibles fallas en los pirocartuchos del asiento eyectable y el geolocalizador ELT, que no activó señal a tiempo.
La familia acusó a la Fuerza Aérea del Perú de falta de transparencia y de priorizar al avión antes que a la piloto. Vargas criticó que no se le entregó el celular de Ashley ni se le permitió participar en primeros días de búsqueda. También denunció desinterés institucional y falta de recursos oficiales en la zona.
Las investigaciones del Ministerio Público duran 120 días. Ya incluyen trabajos de peritos forenses y técnicos de aeronáutica, pero la familia insiste en incluir expertos internacionales independientes para asegurar imparcialidad.
Tras el hallazgo del cuerpo en la cabina, aún sujeto al asiento eyectable, y la falta de señal del localizador, aumentan las dudas sobre lo sucedido. El padre, incluso, se internó en el mar sin chaleco para continuar con su propia búsqueda Correo+2infobae+2El País+2.
La familia también pidió apoyo internacional con tecnología como ecosondas y equipo especializado para reforzar la investigación. El caso generó indignación pública y debate sobre la responsabilidad de la FAP.
En medio del dolor, Edgar Vargas exige verdad y justicia. “No voy a descansar hasta saber qué pasó realmente”, afirmó. Su objetivo es que el proceso sirva para prevenir futuros incidentes y garantizar que ninguna persona en servicio sea ignorada.
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