El 11 de julio de 2025, Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón” e hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable ante la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois en Chicago. Admitió cuatro cargos relacionados con narcotráfico y participación en una empresa criminal continuada. Los cargos abarcan la distribución de fentanilo, cocaína, metanfetamina y marihuana, así como lavado de dinero y uso de armas.

Guzmán firmó un acuerdo de culpabilidad con la fiscalía estadounidense. A cambio de su cooperación —que incluye testificar en casos futuros— aceptó pagar una multa de 80 millones de dólares y espera evitar la cadena perpetua, enfrentando una pena que oscila entre 10 años y prisión de por vida. La sentencia se fijará en septiembre de 2025.

Durante la audiencia, apareció encadenado y con overol naranja, reconociendo su liderazgo en “Los Chapitos”, la facción juvenil del Cártel de Sinaloa, que redirigió su negocio hacia los opiáceos sintéticos, con devastadoras consecuencias en EE.UU.

Este caso representa un avance clave en la lucha contra los cárteles. Las autoridades estadounidenses esperan que su testimonio desencadene investigaciones contra políticos, banqueros y otros actores vinculados al tráfico de drogas. En México, la presidenta Sheinbaum reprochó que EE.UU. califique a los cárteles como terroristas pero negocie con sus líderes.

Ovidio Guzmán se convierte en el primer heredero del Chapo en aceptar cargos en una corte estadounidense. Su colaboración podría ser el golpe más fuerte contra la cúpula del poderoso Cártel de Sinaloa y marcar un punto de inflexión en la crisis del fentanilo y el crimen organizado transnacio