
La lepra, o enfermedad de Hansen, sigue presente en Perú: un caso en Piura en junio reactivó la alerta. La infección es causada por Mycobacterium leprae, una bacteria que se transmite por vía respiratoria, pero sólo tras un contacto prolongado y cercano con alguien sin tratamiento. La OMS señala que el 95 % de la población, incluso expuesta, no desarrolla la enfermedad, gracias a la inmunidad natural.
El contagio no ocurre por saludos, abrazos o compartir comida. Y al ponerse en tratamiento, el paciente deja de ser contagioso en pocos días. El periodo de incubación es largo: los síntomas pueden aparecer entre tres y veinte años después .
¿Entonces por qué la lepra no desaparece? Persiste en zonas con condiciones precarias —como selva o pobreza— donde el acceso a la salud es limitado. Además, se cree que animales como los armadillos y ciertos reservorios selváticos también juegan un rol. El estigma social y el miedo generan retrasos en el diagnóstico, lo cual dificulta la erradicación.
Perú está en fase de eliminación: la incidencia es menor a 1 por cada 10 000 habitantes. En 2023 se registraron 28 casos, controlados y bajo seguimiento epidemiológico Cada nuevo caso activa vigilancia, mapeo de contactos y tratamiento gratuito con poliquimioterapia (dapsona, rifampicina, clofazimina).
Para frenar la enfermedad se apuesta por la detección temprana, tratamiento inmediato y campañas educativas que derriben mitos y reduzcan el rechazo social. La combinación de esfuerzo médico, vigilancia activa y sensibilización es clave para eliminar la lepra en Perú y el mundo