Foto: captura / Vatican News
El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, sancionado por el Vaticano en 2019 debido a denuncias de abuso sexual, reapareció públicamente durante el funeral del papa Francisco en la Basílica de San Pedro. A pesar de las restricciones impuestas, que incluyen limitaciones en sus actividades públicas y el uso de insignias religiosas, Cipriani fue visto rezando en silencio frente al féretro del pontífice.
Las sanciones contra Cipriani se originaron tras una denuncia presentada en 2018, en la que se le acusaba de abusos cometidos en 1983. Aunque el cardenal ha negado las acusaciones, el Vaticano confirmó la vigencia de las medidas disciplinarias en enero de 2025.
La presencia de Cipriani en el funeral ha generado diversas reacciones, especialmente considerando que el papa Francisco fue quien impuso las sanciones en su contra. Además, se ha informado que Cipriani participó en las congregaciones generales previas al cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, aunque no podrá votar debido a su edad.
Este acontecimiento ha reavivado el debate sobre la transparencia y la rendición de cuentas dentro de la Iglesia Católica, especialmente en relación con los casos de abuso sexual y la gestión de los mismos por parte de las autoridades eclesiásticas.
La aparición de Cipriani en un evento tan significativo como el funeral del papa Francisco pone de manifiesto las tensiones internas y los desafíos que enfrenta la Iglesia en su lucha contra los abusos y en la implementación de reformas para garantizar la justicia y la protección de las víctimas.
En resumen, la reaparición de Juan Luis Cipriani en el funeral del papa Francisco, a pesar de las sanciones vigentes en su contra, ha generado controversia y ha puesto en el centro del debate la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad dentro de la Iglesia Católica.
