
Foto: Canal N
El expresidente Martín Vizcarra fue trasladado nuevamente al penal de Barbadillo, tras permanecer varios días en Ancón II, en condiciones que su defensa calificó como arbitrarias y riesgosas. Según su abogado, Erwin Siccha, la permanencia en Ancón significó un peligro para la salud de Vizcarra, quien estuvo en un ambiente improvisado, cercano a internos con tratamiento de tuberculosis y con la posibilidad de ser enviado a una celda de castigo de apenas 2,5 metros cuadrados.
Siccha sostuvo que el traslado a Barbadillo devuelve al exmandatario condiciones mínimas de seguridad y dignidad. Destacó que en este penal existen espacios adecuados para expresidentes, donde también cumplen prisión Alejandro Toledo, Pedro Castillo y Ollanta Humala.
El abogado enfatizó que la medida adoptada por el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) corrige una arbitrariedad y adelantó que el viernes 29 de agosto se realizará la audiencia de apelación contra la prisión preventiva de cinco meses dictada por los casos Lomas de Ilo y Hospital de Moquegua.
La defensa confía en que la prisión preventiva será revocada, ya que Vizcarra siempre se sometió a las decisiones judiciales y asistió a todas las diligencias, incluso cuando peligraba su libertad. Siccha también rechazó que exista un trato privilegiado hacia su patrocinado, señalando que, de haber sido así, nunca lo hubieran enviado a Ancón.
Respecto a las críticas por llamadas desde prisión, explicó que se realizaron mediante teléfonos públicos permitidos y no tuvieron contenido político ni partidario.
En conclusión, el retorno de Vizcarra a Barbadillo se presenta como una corrección frente a un trato arbitrario, mientras su defensa espera que el Poder Judicial le permita enfrentar el proceso en libertad, apelando al principio de presunción de inocencia.