El 21 de agosto, Lima y Callao vivirán un paro de transporte de 24 horas.

La Confederación Nacional de Transportistas del Perú, liderada por Miguel Ángel Palomino, confirmó que el 90% de las empresas de transporte se sumarán. ¿El motivo? La creciente inseguridad y la inacción del Estado.
Los gremios denuncian una ola de extorsiones contra conductores, empresas y cobradores. Muchos de estos casos han terminado en tragedia. Frente a esta situación, los transportistas han exigido diálogo, protección y resultados. Pero nada ha cambiado.
Palomino afirma que el Gobierno no ha cumplido con los acuerdos firmados en abril. No hay respuestas claras del Ejecutivo, ni coordinación con el Poder Judicial ni la Policía. “No han hecho nada por dar garantías al pueblo peruano”, declaró.
Además, el paro exigirá la renuncia de los ministros del Interior y Transportes, a quienes acusan de negligencia. Las bases sociales y otros colectivos también se sumarán, en una protesta que busca visibilizar la crisis de seguridad que afecta no solo al transporte, sino a todo el país.
Desde el gremio incluso se ha planteado permitir el uso de armas sin licencia como medida extrema frente al abandono del Estado. Las cifras son alarmantes: decenas de conductores y cobradores han sido asesinados en lo que va del año.
El paro del 21 de agosto será una advertencia. Si no hay medidas efectivas, los transportistas advierten que vendrán paralizaciones más fuertes y a nivel nacional.
Los gremios hacen un llamado al Estado para actuar con firmeza. El mensaje es claro: la inseguridad está descontrolada y los ciudadanos ya no se sienten protegidos. El país necesita respuestas. Y las necesita ya.