Irán e Israel están al borde de un conflicto abierto tras intensas operaciones militares. El 13 de junio, Israel lanzó la “Operación León Ascendente”, atacando bases nucleares y militares en Irán, y causando la muerte de altos mandos como Salami y Bagheri. Este bombardeo fue una respuesta preventiva que, según Netanyahu, busca frenar un programa nuclear “inminentemente peligroso”.

La respuesta iraní fue masiva: más de 100 drones y misiles impactaron territorios israelíes, dejando al menos 24 muertos y cientos de heridos. El primer ministro israelí aprovechó la ocasión para dirigirse al pueblo iraní: “La luz derrotará a la oscuridad”, expresó, invitando a cuestionar su liderazgo.

Sin embargo, el liderazgo de Irán contraatacó con declaraciones incendiarias. El ayatolá Khamenei no sólo acusó a Israel de haber desencadenado el ataque, sino que advirtió que quedará “indefenso” y en una “situación miserable”. Además prometió venganza, afirmando que “no habrá misericordia” para el régimen sionista .

El conflicto ya afecta la estabilidad de la región. El riesgo crece conforme ambos países prometen continuar las ofensivas. A nivel internacional, hay llamados urgentes a una mediación diplomática para evitar una guerra total . El mundo observa con preocupación. El diálogo parece cada vez más necesario, y la cautela, imprescindible.