
El sistema de salud peruano enfrenta una de sus peores crisis. Los hospitales de EsSalud están colapsados, sin camas disponibles, con largas colas para una cita y con medicinas que no alcanzan para cubrir lo básico. La huelga médica ha revelado el estado crítico de los servicios, dejando a cientos de pacientes en condiciones indignas.
Un reportaje de Cuarto Poder mostró imágenes desgarradoras: pacientes esperando más de doce horas en sillas, mientras aguardan una camilla para recibir atención. Una enfermera confesó que llega a atender hasta a doce personas al mismo tiempo, prueba clara del déficit de personal.
Los casos se multiplican. Un asegurado de 72 años, con urgencia de un examen Holter, recién consiguió cita para septiembre de 2026. “Cómo voy a esperar un año”, dijo entre lágrimas. A su vez, una paciente oncológica denunció que su cirugía fue suspendida por falta de una máquina de anestesia. “Mis exámenes han vencido, no sé cuándo me van a operar”, lamentó.
El déficit de personal es alarmante. Solo en Lima se necesitan al menos 499 enfermeras. A esto se suma la carencia de insumos básicos como jeringas y medicamentos. Para el secretario general del SINAMSSOP, Santiago Vinces, la actual gestión de EsSalud “esconde la cara” y no da soluciones.
Edgar Huarcaya, presidente del cuerpo médico del Hospital Suárez, denunció que las máquinas de operaciones están inoperativas, lo que retrasa intervenciones urgentes. La indignación crece entre asegurados y personal de salud, quienes responsabilizan directamente a la gestión actual de la crisis.
Lo que ocurre hoy en EsSalud no solo afecta a los pacientes, también golpea la confianza en un sistema que debería garantizar vida y salud. La demanda es clara: soluciones inmediatas, más personal y una gestión eficiente para evitar que más peruanos sigan sufriendo en los pasillos de los hospitales.