
La tensión se vuelve a apoderar de las alturas de San Marcos, en Áncash. Comuneros de Huaripampa han retomado las protestas contra la compañía minera Antamina, intentando paralizar operaciones y dañando parte de las instalaciones. Las imágenes muestran a mujeres, hombres y hasta niños participando en el conflicto, dañando las mallas de seguridad que cercan la mina, pese a la presencia policial.
Este enfrentamiento no es el primero. En agosto de 2025, cerca de 200 comuneros ingresaron violentamente a territorio de Antamina, destruyendo maquinaria valorizada en más de 20 millones de soles. La tensión subió nuevamente a finales de septiembre, cuando una camioneta de trabajadores fue apedreada. Los comuneros argumentan que las tierras donde opera la empresa les pertenecen, mientras la minera presenta títulos de propiedad y pide diálogo.
La situación ha escalado hasta denuncias fiscales, identificando a líderes comunales como Melva Valenzuela y Feliz Santos entre los principales responsables de los actos recientes y de la invasión anterior. Antamina, por su parte, ha denunciado amenazas e intimidaciones contra su personal y exige que cesen las acciones violentas para retomar el diálogo y buscar soluciones de manera pacífica y legal. A través de comunicados, reitera su llamado a la paz y el respeto mutuo.
Este conflicto social pone en evidencia la histórica disputa por tierras en el país y deja una lección clara: el desarrollo minero requiere diálogo real y respeto a las comunidades. Los términos más buscados en Google sobre este caso serán: conflicto social en Áncash, Antamina, comuneros Huaripampa, minería Perú, enfrentamientos mineros y disputa de tierras.

