La Policía Nacional del Perú (PNP) enfrenta uno de los mayores escándalos en su historia reciente. Siete agentes fueron detenidos por integrar la organización criminal liderada por Erick Moreno, alias ‘El Monstruo’, uno de los delincuentes más peligrosos del país.

El anuncio lo realizó el comandante general de la PNP, Óscar Arriola, quien confirmó que los efectivos corruptos habrían filtrado información clave que permitió que el ‘Monstruo’ evadiera su captura durante meses. “Nunca me ha temblado la mano, y a mis policías tampoco”, señaló Arriola en entrevista con Milagros Leiva.

Según la investigación, desde el año pasado se seguía de cerca a Moreno, cabecilla de la banda ‘Los Injertos del Cono Norte’. Sin embargo, el trabajo policial se vio obstaculizado debido a que algunos agentes actuaban como informantes del criminal. Un colaborador eficaz reveló que entre dos y tres policías trabajaban directamente para el delincuente, lo que habría retrasado su arresto.

Finalmente, tras un operativo internacional, Erick Moreno fue capturado en Paraguay, en la ciudad de San Lorenzo, el 24 de septiembre. El criminal no dudó en lanzar acusaciones contra la PNP, asegurando que siempre contó con la protección de ciertos agentes corruptos. “Siempre recibí información de la Policía”, confesó en una entrevista tras su captura.

La caída de estos siete policías representa un duro golpe a la imagen de la institución, pero también marca un precedente en la lucha contra la corrupción dentro de la PNP. La ciudadanía exige que se llegue hasta el fondo de las investigaciones y se sancione a todos los responsables.

Este caso refleja cómo la corrupción policial en el Perú pone en riesgo la seguridad ciudadana y facilita el crecimiento de bandas criminales que operan con total impunidad.