La presidenta del Perú, Dina Boluarte, fue protagonista de un incómodo episodio durante la sesión del 30.º aniversario de la IV Conferencia Mundial de la Mujer en la ONU, en Nueva York. Su intervención, centrada en la igualdad de género y los avances en el país, se extendió mucho más del tiempo asignado, lo que llevó a los organizadores a apagarle el micrófono en plena exposición.

Boluarte hablaba sobre la eliminación del matrimonio infantil en el Perú y destacaba su papel como la primera presidenta en la historia nacional. Sin embargo, ignoró las advertencias de que debía concluir y continuó con su discurso incluso cuando los traductores dejaron de interpretar sus palabras. El percance generó comentarios inmediatos sobre la falta de cálculo y preparación de la delegación peruana, ya que nadie del equipo oficial intervino para detenerla.

El incidente rápidamente se convirtió en tema de conversación internacional y en redes sociales, donde usuarios calificaron lo ocurrido como un “papelón diplomático”. Para algunos analistas, este traspié refleja los problemas de manejo político y de comunicación que arrastra el actual gobierno, que enfrenta cuestionamientos internos por la crisis social y las protestas en el país.

A pesar del bochorno, Boluarte intentó continuar con su discurso, mostrando seguridad frente a los empresarios y líderes internacionales presentes. Sin embargo, el gesto de los organizadores al cortar su audio quedó registrado y opacó el mensaje que intentaba transmitir sobre los avances en materia de derechos de la mujer en el Perú.

Este incidente en la ONU reaviva el debate sobre la gestión de la presidenta y su imagen en la escena internacional, en momentos en que la legitimidad de su mandato sigue siendo cuestionada en el ámbito interno.