(Imagen de archivo 11.08.2025) Imagen: Raul Arboleda/AFP
El caso de Miguel Uribe Turbay, senador colombiano y precandidato presidencial, estremeció a Colombia y al mundo. El político murió tras un atentado en Bogotá el 7 de junio de 2025, cuando un adolescente de 15 años le disparó en plena campaña política.
Este 27 de agosto, la Fiscalía confirmó que el agresor fue condenado a siete años de internamiento en un centro para menores. La sentencia se dictó por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas, ya que la ley colombiana no permite cambiar los cargos una vez aceptados.
El joven disparó tres veces contra Uribe, dos de ellas en la cabeza. A pesar de múltiples cirugías, el legislador falleció dos meses después en el hospital. La condena ha causado indignación, pues muchos consideran que la sanción no refleja la gravedad del crimen. La familia de Uribe expresó que la pena “no se equipara con la vida arrebatada”.
La Fiscalía mantiene abierta la investigación, catalogada como magnicidio, con el objetivo de dar con los autores intelectuales. Además del menor, cinco personas más fueron detenidas. Entre ellos, Elder José Arteaga Hernández, alias “El Costeño”, señalado como el cerebro logístico del ataque. Las primeras hipótesis apuntan a la Segunda Marquetalia, disidencia de las FARC.
Este hecho revive los recuerdos más oscuros de la violencia política en Colombia, donde cinco aspirantes presidenciales fueron asesinados durante la segunda mitad del siglo XX. Miguel Uribe, con 39 años, se suma trágicamente a esta lista, dejando un vacío en la política nacional y un llamado urgente a reforzar la seguridad democrática.
