Donald Trump anunció hoy en una reunión del gabinete un arancel del 50 % sobre las importaciones de cobre, siguiendo la misma pauta aplicada al acero y aluminio.

La medida surge tras investigar la amenaza que representa la dependencia de este metal para la seguridad nacional y el sector industrial.

A raíz del anuncio, los futuros del cobre en el mercado de Comex subieron entre 12 % y 15 %, alcanzando precios récord que no se veían desde 1968 . Este aumento se traduce en mayores costos para sectores como la construcción, la electrónica y los vehículos eléctricos. Sin embargo, la medida beneficia a las mineras locales: las acciones de Freeport‑McMoRan, el principal productor de cobre en EE. UU., subieron cerca de 5 %.

El arancel se espera que entre en vigencia entre fines de julio y el 1 de agosto, sin margen para cambios en la fecha.

También forma parte de un plan más amplio de aranceles selectivos: en el horizonte se proyectan gravámenes de hasta 200 % sobre importaciones farmacéuticas, con un plazo de 12 a 18 meses para que las empresas trasladen su producción a EE. UU. .

La imposición de este arancel responde a la investigación bajo la sección 232, que destacó la vulnerabilidad del país por depender del cobre extranjero y la débil capacidad nacional de fundición.Los principales proveedores —Chile, Canadá y México— han reclamado que sus exportaciones no representan amenaza alguna.

En resumen: Trump da un golpe fuerte al comercio global del cobre. El arancel del 50 % entra en vigor a fin de mes. El metal registra precios récord y las acciones de mineras locales se disparan. Todo esto ocurre en medio de una renovada estrategia proteccionista “America First” que incluye más medidas arancelarias por anunciar.