
El papa Francisco, de 88 años, sufrió dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, según informó el Vaticano el 3 de marzo. Se encuentra hospitalizado en el Gemelli de Roma desde el 14 de febrero debido a una neumonía bilateral y una bronquitis con infección polimicrobiana.
Aunque su estado es reservado, la Santa Sede asegura que ha permanecido lúcido y cooperativo en todo momento. Sin embargo, su salud se vio comprometida por un broncoespasmo y una acumulación de moco en los bronquios, lo que requirió dos broncoscopias para despejar sus vías respiratorias.
A pesar de su condición, el sumo pontífice ha seguido una rutina moderada, participando en la Santa Misa y momentos de oración. Aunque no pudo dar el Ángelus, envió un mensaje de agradecimiento desde el hospital.
Los médicos han reanudado la ventilación mecánica no invasiva y continúan monitoreando su evolución. La neumonía bilateral que padece afecta ambos pulmones, dificultando la respiración y aumentando el riesgo de complicaciones, especialmente en adultos mayores.
La Organización Mundial de la Salud advierte que esta enfermedad puede derivar en insuficiencia respiratoria, sepsis o fallo multiorgánico en pacientes vulnerables. Esta hospitalización, la cuarta y más prolongada desde 2021, genera preocupación debido a los problemas de salud previos del papa, que incluyen cirugías en el colon y el abdomen, así como dificultades para caminar.
El Vaticano mantiene el pronóstico en reserva, pero confirma que Francisco está recibiendo el mejor tratamiento posible.