
Tras una conversación telefónica de dos horas entre Donald Trump y Vladímir Putin, el presidente estadounidense anunció que Rusia y Ucrania iniciarán negociaciones de inmediato para un alto el fuego. Sin embargo, el Kremlin ha rechazado un cese al fuego inmediato, insistiendo en que deben abordarse las “causas profundas” del conflicto antes de comprometerse a una tregua completa.
Putin expresó su disposición a trabajar en un memorando de condiciones para avanzar en las conversaciones, mencionando la necesidad de compromisos mutuos y reiterando su oposición a la adhesión de Ucrania a la OTAN.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reafirmó el compromiso de Ucrania con la paz pero rechazó las demandas rusas inaceptables, instando a la comunidad internacional a mantener la presión sobre Moscú.
El Vaticano, representado por el papa León XIV, se ha ofrecido como sede para las negociaciones, y se barajan otras ubicaciones neutrales como Suiza o Turquía.
A pesar del optimismo expresado por Trump, analistas señalan que las exigencias de Rusia podrían obstaculizar el progreso hacia una paz duradera.