El Salvador aprobó una reforma a la Ley Penal Juvenil que permite enviar a menores de edad, relacionados con pandillas, a cárceles de adultos. Los jóvenes permanecerán en pabellones separados hasta cumplir 18 años. Esta medida, impulsada por el presidente Nayib Bukele, busca diferenciar a quienes están involucrados en crimen organizado de aquellos que cometieron delitos menores o aislados.

Según datos oficiales, más de 1,000 menores fueron condenados bajo el régimen de excepción instaurado en 2022, como parte de la “guerra contra las pandillas”. Esta política de seguridad incluye el traslado de adolescentes a centros penitenciarios para adultos, sin acceso a libertad condicional ni beneficios de reducción de pena.

La reforma busca limitar la presencia de menores en programas de rehabilitación si están vinculados a estructuras criminales. Bukele ha sido claro en su objetivo de eliminar las pandillas, lo que lo llevó a construir una megacárcel para miles de reclusos.

Esta decisión ha generado críticas de organizaciones internacionales de derechos humanos, que advierten sobre posibles violaciones a las garantías fundamentales de los jóvenes.

Además, el presidente salvadoreño mantiene una cooperación con Estados Unidos para recibir inmigrantes criminales deportados, como parte de su estrategia para combatir el crimen organizado. Bukele insiste en que estas medidas son necesarias para garantizar la seguridad ciudadana y erradicar la violencia que durante años afectó al país.

El Salvador sigue bajo la lupa internacional mientras Bukele fortalece su política de mano dura contra las pandillas, ahora con menores en cárceles de adultos.