
La exsecretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, volvió a ser tendencia tras felicitar públicamente a la presidenta de la Federación Americana de Profesores (AFT), Randi Weingarten, por su nuevo libro Why Fascists Fear Teachers (Por qué los fascistas temen a los profesores).
En su publicación en X, Clinton destacó que la obra es “una lectura crítica para este momento” y defendió que los autoritarios atacan la educación pública porque representa “una piedra angular de la democracia”.
Sin embargo, su mensaje generó una ola de críticas en sectores conservadores, que la acusaron de apoyar una narrativa peligrosa. El debate se intensificó por la cercanía temporal con el asesinato del líder conservador Charlie Kirk, hecho que conmocionó a la política estadounidense.
El comunicador republicano Matt Whitlock fue uno de los más duros: señaló que la retórica sobre “fascistas” está vinculada con la violencia y acusó al libro de etiquetar como fascistas a quienes discrepan de la visión progresista de la educación pública.
Otros críticos, como Corey DeAngelis, investigador del American Culture Project, calificaron el respaldo de Clinton y Weingarten como “repugnante” y de mal timing, considerando la reciente tragedia. El influencer conservador Jack Posobiec también acusó provocación, mientras que el Comité Nacional Republicano (RNC) se sumó al rechazo.
El caso revela cómo un simple gesto de apoyo literario puede convertirse en un campo de batalla político y cultural en Estados Unidos. La figura de Clinton sigue polarizando, y el libro de Weingarten se posiciona como una obra que promete generar intensos debates sobre el papel de la educación pública y su defensa frente a corrientes autoritarias.