
Gonzalo Hermosa, fundador y voz emblemática del grupo Los Kjarkas, se despidió de Huancayo tras 37 años de presentaciones ininterrumpidas. En su paso final por la ciudad, dejó un mensaje claro: “Dina Boluarte debe respetar al pueblo y su decisión”. No fue una declaración casual, sino una afirmación firme con tono de convicción política.
El artista boliviano, ícono del folclore latinoamericano, recordó sus primeras presentaciones en el Coliseo Wanka desde 1988. “Nos rompieron los ponchos, los instrumentos… fue una locura hermosa”, dijo entre sonrisas y nostalgia. Gonzalo Hermosa, que está próximo a cumplir 80 años, anunció también su retiro definitivo de los escenarios: “Ahora me voy a cuidar a mí mismo”.
Sin embargo, antes de marcharse, hizo énfasis en dos cosas: el cariño por Huancayo y su postura frente a la crisis política en el Perú. Sus canciones, dijo, no solo hablan de amor o de raíces culturales. También han sido un grito contra la pobreza, la injusticia y la traición política.
El comentario hacia la presidenta Boluarte se alinea con el espíritu de protesta que ha acompañado a muchas de sus composiciones. Hermosa no dudó en exigir respeto a la voluntad del pueblo peruano, en un contexto marcado por el descontento social y la tensión entre ciudadanía y gobierno.
Durante su despedida, agradeció la hospitalidad de Huancayo: “Es la gente más linda”, afirmó con emoción. Posó para fotos, saludó a sus fans y cerró así un ciclo de casi cuatro décadas de conexión con el público huancaíno.
Su voz se retira del escenario, pero su mensaje —claro, firme y comprometido— resuena más fuerte que nunca. La música, dijo sin palabras, también es una forma de resistencia.