La Iglesia Católica del Perú, encabezada por el cardenal Carlos Castillo y respaldada por obispos de todo el país, ha rechazado categóricamente la reciente Ley de Amnistía aprobada por el Congreso y promulgada por el Ejecutivo.

En un pronunciamiento titulado “Aprendan a hacer el bien y busquen la justicia”, los líderes eclesiásticos califican la norma como una amenaza directa a los derechos humanos, la verdad y la reconciliación nacional.

Los obispos denuncian que esta ley abre la puerta a la impunidad de crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto armado interno. Señalan que su aprobación representa un grave retroceso en materia de justicia, y solicitan al Poder Judicial inaplicar la norma, apelando al principio de constitucionalidad y los compromisos internacionales asumidos por el Perú.

El mensaje también recuerda los hallazgos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que atribuyó responsabilidades a grupos terroristas como Sendero Luminoso, pero también a integrantes de las Fuerzas Armadas. La carta rechaza cualquier intento de justificar la violencia en nombre de la guerra y destaca el sufrimiento de las víctimas, apelando a la memoria colectiva y al respeto por la dignidad humana.

Con frases como “sin justicia no hay paz” y referencias bíblicas, el documento exhorta a jueces y autoridades a defender los derechos fundamentales y rechazar cualquier intento de manipular la historia reciente del país.

La Iglesia se suma así a organizaciones de derechos humanos, instituciones internacionales y ciudadanos que exigen derogar o limitar esta polémica ley. En un contexto de tensión política y social, la posición del Episcopado refuerza el mensaje de que la justicia es esencial para una paz duradera en el Perú.