El caso comienza cuando Isabel de la Cruz fue referida al Hospital El Carmen, en Huancayo, por complicaciones durante el embarazo. Ya tenía diagnóstico de alteración fetal y patología previa. Ingresó para una cesárea programada y le administraron cefazolina para evitar infección. Familiares aseguran que tras esa dosis, comenzó un paro cardíaco que la dejó en coma. El bebé, una niña llamada Camila, murió antes del parto.

Tras tres horas sin atención oportuna, la familia denunció una posible negligencia médica grave. Narran que a la bebé se le encontraron moretones en la pierna, sangre en la boca y parte del cráneo con daño físico, lo que refuerza sospechas sobre el protocolo aplicado o incumplido. La frustración llevó a la familia a ingresar a la fuerza al hospital para exigir información y atención.

Desde la Fiscalía, el hospital reporta que activó protocolos, incluido examen previo de alergias. Sin embargo, las autoridades admiten que no descartaron una reacción a tiempo. El equipo legal ya inició una auditoría clínica, se abrió un sumario administrativo y se está en coordinación con la Fiscalía Especializada en Crimen Organizado. Se espera que la investigación por presunta negligencia médica aclare responsabilidades y protocolos.

Este episodio pone en el centro la calidad de atención en hospitales públicos. Los familiares exigen resultados claros, acceso a la historia clínica y sanción en caso de irregularidades. El gerente regional de salud ha dicho públicamente que reforzarán los controles y capacitación del personal. El caso ha generado indignación social y ha sido reportado en redes con el hashtag #JusticiaParaCamila.