Zoran Jaksic, uno de los narcotraficantes más buscados del mundo, murió en la Base Naval del Callao, donde cumplía condena por tráfico internacional de drogas. El criminal serbio, miembro del temido cartel “Clan del Golfo”, intentó escapar cavando un túnel de 180 metros bajo tierra.

Jaksic era conocido por su historial violento y su capacidad para mover grandes cargamentos de cocaína entre Sudamérica, Europa y África. Fue capturado en Perú en 2016 y sentenciado a 25 años de prisión. Desde entonces, se encontraba bajo máxima seguridad en la base naval.

Según fuentes penitenciarias, el plan de fuga incluía la construcción de un extenso túnel que conectaba su celda con un punto en los exteriores del penal. La obra clandestina fue descubierta antes de ejecutarse, lo que evitó una evasión de alto impacto internacional.

El narco serbio falleció por causas naturales, aunque se realiza una autopsia para descartar cualquier otra hipótesis. La noticia generó gran interés, ya que Jaksic era una pieza clave en las rutas del narcotráfico internacional. Autoridades de Interpol y agencias antidrogas de varios países seguían de cerca su situación.

La muerte de Jaksic podría provocar reacciones dentro de la organización criminal que integraba. Las autoridades peruanas han reforzado la vigilancia en la Base Naval para prevenir cualquier represalia o intento de fuga por parte de otros internos peligrosos.

Este caso pone de relieve el nivel de organización y recursos con los que operan las mafias extranjeras desde prisiones en América Latina. También evidencia la necesidad de fortalecer los sistemas de inteligencia penitenciaria.

Zoran Jaksic deja una historia marcada por la violencia, el crimen internacional y un intento de fuga que parecía sacado de una película.