En una charla en vivo con el streamer Cristorata, este domingo 20 de julio, César Acuña, líder de Alianza para el Progreso (APP) y gobernador regional de La Libertad, confirmó que mantiene comunicación con la presidenta Dina Boluarte: “Me llevo bien… conversamos, de vez en cuando”. El diálogo se desarrolló en la mansión de Acuña en Trujillo, donde mostró fotografías con varios expresidentes, como Alan García, Ollanta Humala y Pedro Castillo, así como con otras autoridades internacionales.

Este mensaje cobra relevancia en plena antesala electoral. Aunque la campaña aún no ha comenzado, el Jurado Electoral Especial (JEE) ya investiga a Acuña por posible propaganda anticipada, tras determinar que infringió normas electorales en eventos públicos con militantes de APP. La revelación de su conexión con Boluarte sugiere una estrategia política calculada para acercarse al centro del poder.

El formato informal de la entrevista con el streamer revela un nuevo estilo de acercamiento a públicos jóvenes. Acuña buscó mostrarse accesible y moderno frente a su audiencia digital. No obstante, el episodio también añade presión política y exige claridad sobre su línea comunicacional y alianzas.

El vínculo con Dina Boluarte podría traducirse en beneficios electorales y posicionamiento político para APP, pero también genera cuestionamientos sobre transparencia. ¿Se trata de una relación institucional, personal o táctica política? El público ahora exige respuestas.

Acuña, empresario y exalcalde de Trujillo, utiliza canales alternativos de comunicación para fortalecer su imagen. Su presencia en una transmisión de Kick ya le ha aportado atención mediática entre el público joven.

El anuncio de cercanía con Boluarte en vivo no solo impacta en el entorno político nacional, sino que anticipa movimientos en el tablero electoral. La estrategia de Acuña combina poder regional, redes sociales y vínculos nacionales.

En resumen: Acuña confirma lazos con la presidenta, refuerza su perfil político y desafía normas electorales. La entrevista deja en evidencia un prólogo político, que ya despierta debates sobre transparencia, estrategia y futuro electoral.