
Las intensas heladas en Huancavelica, especialmente en el distrito de Ascensión, alcanzan temperaturas de hasta −15 °C. Este frío extremo ha congelado las fuentes de agua: lagunas, riachuelos y ojos de agua a más de 4 000 m de altitud. Las familias pastoriles y agrícolas enfrentan crisis: sin agua, no hay riego ni bebida para las personas y el ganado. Comuneros rompen el hielo con piedras para llenar sus baldes .
El fenómeno El Niño costero intensifica esta crisis: noches gélidas combinan con días soleados y secos, lo que acelera la evaporación y sequía local. Como resultado, más de 1 200 ha de cultivo de papa, maíz, haba, alverja y cebada han sido dañadas o perdidas, y hasta el 50 % de los sembríos se han visto afectados en provincias como Acobamba, Tayacaja y Churcampa.
La emergencia se profundiza: los niños y adultos mayores padecen enfermedades respiratorias, y animales pierden pasto y mueren de sed. Ante ello, los comuneros claman apoyo urgente: ropa térmica, víveres, cobertizos y asistencia técnica.
La Fundación Romero acudió con rapidez y entregó 30 toneladas de ayuda a más de 3 000 familias en 10 comunidades ubicadas a más de 4 500 m de altura. Sin embargo, numerosas zonas aún están desatendidas. La autoridad local considera declarar emergencia climática e hídrica, aunque las respuestas oficiales aún están en evaluación .
La región más pobre del Perú, con cerca del 84 % de pobreza y limitada infraestructura, afronta una doble amenaza: cambio climático y precariedad. La falta de agua potable y de riego amenaza la seguridad alimentaria y la salud pública. Este escenario demanda una acción rápida: declarar emergencia, desplegar asistencia permanente, reforzar la infraestructura hídrica y prevenir más pérdidas en la sierra andina.