
En Auquimarca, distrito de Chilca (Junín), los vecinos viven una paradoja: “no tienen agua, pero sí inundación”. Una tubería rota derrama agua en calles y casas, generando barro, malos olores y riesgo sanitario. Piden a Sedam Huancayo y a la Municipalidad que actúen ya.
Según pobladores, la fuga data de hace meses. Han presentado reclamos formales, pero ninguna entidad ha respondido. Los residentes denuncian que ambos organismos se “echan la pelota” y no asumen responsabilidad. En señal de protesta, algunos llevaron agua sucia frente a las oficinas de Sedam, exigiendo atención técnica inmediata.
La fuga también genera aniegos que entran a sus viviendas. El agua se acumula en zonas bajas y se filtra en los hogares. Las calles se convierten en charcos de barro que dificultan el tránsito. Además, los olores fétidos y la humedad elevan el riesgo sanitario, especialmente para niños y adultos mayores .
Los vecinos advierten que esta situación no es nueva y piden intervención de Defensa Civil ante un posible desastre. También exigen una investigación completa para identificar el origen del colapso en la tubería y evitar que se repita.
El caso resalta la falta de respuesta institucional en zonas periféricas. La ausencia de agua potable combinada con aniegos constantes afecta la calidad de vida y la salud de la población. Por eso exigen una solución técnica eficaz y rápida.
En resumen, este conflicto encarna la demora burocrática que sufre Auquimarca: los vecinos hoy claman por agua limpia y drenaje efectivo. Quieren que Sedam y la Municipalidad de Chilca dejen de ignorarlos. Exigen reparación de la tubería ya, y garantizan que seguirán presionando hasta conseguir una respuesta real.