
Cada 28 de junio, el Perú celebra el Día Nacional del Ceviche, rindiendo homenaje a su plato bandera y Patrimonio Cultural de la Nación. Esta joya culinaria, nacida en la costa norte, se ha adaptado a la diversidad del país con variantes sabrosas en cada región.
En Piura, el “chinguirito” se roba el show con carne seca de guitarra y limón de Tambogrande. Tumbes destaca con su ceviche de conchas negras, único por su sabor intenso. En Arequipa, los camarones de río dan vida a un plato irresistible. Mientras tanto, la Amazonía peruana reemplaza el pescado marino por especies fluviales como paiche, bagre o doncella, creando una experiencia diferente y exótica.
En Chimbote, el ceviche lleva ají colorado y se sirve con maíz cancha, camote y yuca. Junín ofrece ceviche de trucha, muy popular en la sierra central. Ica, en cambio, apuesta por el ceviche de erizo y pulpo, que combinan textura y sabor. Lima celebra con su ceviche de pota, acompañado de chicharrón, una delicia callejera muy popular.
Además, surgen derivados como el tiradito, de inspiración japonesa, con cortes finos y salsas intensas. Y las populares leches de tigre y de pantera, jugos cítricos cargados de sabor y tradición, que se beben como potentes elixires peruanos.
El ceviche no solo alimenta, también une culturas y sabores. Su evolución demuestra la creatividad gastronómica peruana y su proyección internacional como uno de los grandes íconos culinarios del mundo.