La popular cadena Hooters se acogió al Capítulo 11 de quiebra en Texas, afectada por una deuda superior a US$370 millones. La compañía presentará un Plan de Reorganización, que incluye la venta de 151 locales corporativos a franquiciados —entre ellos, los fundadores— para aliviar su carga financiera. Pese a la grave situación, Hooters insiste en que seguirá operando bajo su modelo de franquicias.

Ya se han cerrado 30 restaurantes en estados como Florida, Georgia, Michigan y Texas. La cadena explica que estos cierres son parte de una reestructuración estratégica para “re-Hooterizar” la marca, reducir costos operativos y enfocarse en locales rentables.

Hooters tomó esta decisión como respuesta a un entorno adverso: inflación elevada, aumento de salarios, competencia emergente y cambio en las preferencias del consumidor . La empresa asegura que gracias al apoyo de los franquiciados y a un financiamiento adicional que solicitarán, logrará mantener su icónico negocio de alitas y ambiente deportivo.

Este movimiento es parte de una tendencia en EE.UU., donde otras cadenas como TGI Fridays, Red Lobster y Buca di Beppo también han declarado bancarrota o cerrado locales recientemente.

En síntesis, la quiebra de Hooters y la cesión de sus locales corporativos marcan un punto de inflexión. La marca busca transformarse y asegurar su viabilidad. Pese a las críticas, confía en que bajo un modelo cien por ciento franquiciado podrá mantenerse y retomar su posición en el mercado.