
La salida de Telefónica del Perú, tras la venta de su filial a Integra Tec International Inc., ha sacudido el mercado de telecomunicaciones. El valor de la transacción fue de 3,7 millones de soles y ha generado preocupación entre millones de usuarios de Movistar.
La compañía aclaró en un comunicado que los servicios de internet, televisión y telefonía móvil seguirán operando con normalidad. No habrá interrupciones, cambios ni afectaciones para los más de 13 millones de clientes actuales. El equipo actual de gestión se mantiene, con Elena Maestre a la cabeza y Germán Ranftl como nuevo presidente del directorio, quien liderará el proceso de reestructuración financiera (PCO-R).
Integra Tec, la nueva propietaria, tiene experiencia en recuperación de empresas en sectores como energía, telecomunicaciones y servicios públicos en América Latina. Su compromiso es trabajar en conjunto con el Gobierno del Perú, clientes, trabajadores y proveedores para garantizar la estabilidad del servicio.
El regulador OSIPTEL también se ha pronunciado. Indicó que está vigilando la continuidad y calidad de los servicios, como ya lo ha hecho en otras transacciones similares. Esto brinda una capa extra de confianza a los usuarios.
Además, Telefónica Hispam traspasó un crédito mercantil de 1.549 millones de soles como respaldo económico, asegurando la solvencia de la empresa durante la transición.
Aunque la marca comercial Movistar continuará operando, la propiedad ya no estará en manos españolas, marcando el fin de una era. Esta venta busca sanear las finanzas y asegurar la conectividad en todo el país, incluyendo zonas rurales.
La operación ya está en marcha. Ahora, toca observar cómo se ejecuta el cambio y si realmente se mantiene la promesa de un servicio sin interrupciones.