
La guerra comercial entre China y Estados Unidos vuelve a escalar. Tras las recientes amenazas arancelarias del expresidente Donald Trump, China ha prometido luchar “hasta el final” y anunció represalias económicas. El conflicto, que ya golpea los mercados mundiales, podría tener efectos graves como inflación, desempleo y desaceleración del crecimiento global.
Trump impuso un arancel general del 10% a todas las importaciones, además de gravámenes adicionales a países como la Unión Europea (20%) y Vietnam (46%). En respuesta, China anunció aranceles del 34% a productos estadounidenses y acusó a EE.UU. de ejercer chantaje económico.
El Ministerio de Comercio chino declaró que el país no cederá ante la presión y tomará contramedidas. Aunque se mostraron abiertos al diálogo, insistieron en que defenderán sus derechos e intereses.
Desde Europa, Ursula von der Leyen pidió evitar una escalada del conflicto y propuso una reforma al sistema de comercio mundial. La UE busca una respuesta común a las medidas de Trump y no descarta una represalia comercial.
Los mercados globales reaccionaron con caídas el lunes, aunque el martes hubo una leve recuperación. Wall Street, Tokio y las principales bolsas europeas abrieron al alza tras señales de posibles negociaciones futuras.
Trump, por su parte, se mantiene firme. Afirma que la economía estadounidense ha sido “saqueada” por años y que estos aranceles buscan fortalecer su posición negociadora. Según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, más de 70 países han iniciado contactos con Washington para evitar sanciones.
Este nuevo capítulo en la guerra comercial entre EE.UU. y China mantiene en vilo a gobiernos, empresas e inversores en todo el mundo. La incertidumbre crece y el llamado al diálogo aún no logra calmar la tormenta económica.