Transportistas de Chepén bloquearon el Óvalo principal en señal de protesta tras el asesinato de un chofer de combi, identificado como Yorber Romero Salazar, quien fue atacado a balazos en Lurín. El crimen dejó además tres heridos, entre ellos una cobradora en estado crítico.

El ataque, atribuido a una banda extorsiva conocida como el “Clan del Norte”, ha encendido las alarmas entre los trabajadores del transporte público. Según testimonios de los manifestantes, los criminales exigen pagos de 20 soles diarios por vehículo, y cuotas iniciales que oscilan entre 200 y 500 soles, bajo amenazas de muerte enviadas por mensajes de WhatsApp.

Durante la madrugada del 17 de octubre, los transportistas paralizaron sus actividades y se apostaron en el Óvalo de Chepén, exigiendo mayor seguridad y acciones concretas del Ministerio del Interior.
“Nos matan y nadie hace nada. Queremos trabajar sin miedo”, declaró una de las manifestantes, visiblemente afectada.

La Policía Nacional del Perú (PNP), a través del coronel Rober Villanueva, confirmó que la organización criminal estaría operando desde un centro penitenciario, y que ya se iniciaron las investigaciones correspondientes. Sin embargo, los transportistas denunciaron que las extorsiones no han cesado.

Mientras tanto, en el Hospital de Villa El Salvador, los familiares de las víctimas claman por ayuda. La hija de la cobradora herida informó que su madre se encuentra en estado crítico y que los médicos le han dado pocas esperanzas.

Esta nueva tragedia revela la grave crisis de inseguridad que vive el país, donde el miedo y la extorsión se han convertido en el día a día de quienes solo buscan ganarse la vida detrás del volante.