El fútbol argentino está de luto. Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más queridos y exitosos de Sudamérica, falleció a los 69 años en su casa, donde cumplía una internación domiciliaria. El técnico de Boca Juniors venía atravesando un delicado cuadro de salud tras una recaída por cáncer de vejiga y complicaciones derivadas de infecciones recientes.

Russo fue mucho más que un entrenador. Fue un símbolo de coraje, pasión y profesionalismo. En su extensa trayectoria dirigió a más de diez clubes en Argentina y el extranjero, logrando 12 títulos, entre ellos la Copa Libertadores 2007 con Boca Juniors. Su amor por el fútbol lo llevó a superar una dura batalla contra el cáncer en 2017, sin dejar de entrenar ni perder la fe.

Durante su último ciclo en Boca, Miguel volvió a demostrar su compromiso y liderazgo, incluso cuando su salud se deterioraba. Jugadores, dirigentes y fanáticos expresaron su profundo dolor en redes sociales. “Gracias por tanto, Miguelo. Tu legado quedará para siempre”, fue uno de los mensajes más compartidos por los hinchas xeneizes.

Su paso por Millonarios de Colombia, donde también fue campeón mientras recibía tratamiento, es recordado como un ejemplo de fuerza y superación. Russo se va dejando huella en cada club que tocó, y un recuerdo imborrable para todos los que amaron su estilo, su humildad y su entrega total.

Miguel Ángel Russo, más que un técnico, fue un maestro del fútbol y de la vida. Su partida marca el final de una era, pero su ejemplo quedará para siempre en el corazón de los amantes del deporte.