
El presidente Donald Trump habla con periodistas antes de partir de Morristown, Nueva Jersey, el 14 de septiembre. Alex Brandon/AP
El expresidente Donald Trump vuelve a estar en el centro del escenario mundial con un objetivo ambicioso: ganar el Premio Nobel de la Paz. Aunque muchos se burlan de la idea, varios analistas reconocen que podría lograrlo si consigue mediar en los conflictos más duros del planeta: Ucrania y Gaza.
En el caso de Ucrania, Trump impulsa un plan de dos frentes: fortalecer el apoyo militar a Kiev y presionar a Rusia con sanciones más duras. Su equipo busca un acuerdo que garantice la defensa del territorio ucraniano y defina nuevas fronteras seguras. Según expertos, si logra poner fin a la guerra antes del 2026, el Comité Nobel podría reconocer su papel diplomático.
En Gaza, Trump presentó un plan de 20 puntos para frenar el conflicto entre Israel y Hamas. La propuesta, respaldada por países árabes como Arabia Saudita, Egipto y Qatar, exige el fin de la ocupación israelí, la liberación de rehenes y la salida de Hamas del poder. Este enfoque ha sido visto como el intento más serio de lograr una paz duradera en Medio Oriente.
Si estas gestiones prosperan, Trump podría pasar de ser uno de los líderes más polarizantes a convertirse en un símbolo inesperado de reconciliación global.
El analista Brett McGurk, quien trabajó en las administraciones de Bush, Obama, Trump y Biden, sostiene que el republicano merece crédito por sentar las bases de la paz.
“Si Trump logra cerrar estos acuerdos, podrá reclamar con legitimidad el 125º Premio Nobel de la Paz”, afirmó.
A favor o en contra, el mundo observa con atención.