
Imagen: Getty Images Miembros de la Guardia Nacional en Washington D.C.
El expresidente Donald Trump vuelve al centro del debate en Estados Unidos tras intentar desplegar la Guardia Nacional en varias ciudades, lo que ha generado una ola de demandas y tensión política.
Trump sostiene que las tropas son necesarias para combatir la violencia, la delincuencia y reforzar sus políticas migratorias, especialmente en ciudades gobernadas por demócratas. Sin embargo, gobernadores como Gavin Newsom (California) y Jay Robert Pritzker (Illinois) consideran que esta medida es inconstitucional y peligrosa, argumentando que podría aumentar los conflictos en las calles.
Illinois presentó una demanda para detener el despliegue en Chicago, mientras que un juez federal bloqueó temporalmente la movilización de efectivos en Portland, Oregón, y California. La polémica gira en torno al uso de la Ley Posse Comitatus, que limita el poder del gobierno federal para emplear fuerzas militares en asuntos internos.
Trump se ampara en el artículo 10, sección 12406 del Código de EE.UU., que le permite usar la Guardia Nacional si existe una “rebelión o peligro de rebelión”. Este argumento ha sido criticado por expertos legales, que advierten sobre el riesgo de abuso de autoridad.
Durante las recientes protestas en Portland, agentes federales y la policía local se enfrentaron con manifestantes. Trump describió la situación como “anarquía total”, mientras que la gobernadora Tina Kotek aseguró que “no hay insurrección ni amenaza a la seguridad nacional”.
La jueza federal Karin Immergut, designada por el propio Trump, bloqueó su intento de federalizar las tropas. Su fallo fue contundente: “Esta es una nación de derecho constitucional, no de ley marcial.”
El conflicto refleja una nueva batalla entre Trump y los gobiernos estatales demócratas, marcando un nuevo capítulo en la lucha por el poder en Estados Unidos.